POEMARIO
LA CASA DEL
OLVIDO
MAXIMA HERNANDEZ
MUJER DE TODOS LOS
TIEMPOS
Mujer de todos los
tiempos,
cristal de un cosmos que
se refleja
en la indómita fortaleza
infranqueable y augusta
de mi forma de ser.
Eres lo sutil de la
frágil naturaleza
oriunda de tierras áridas,
dueña y heredera de un
lúcido universo
que fragua en mí.
Mujer sin tiempo y sin
lóbregas manchas,
sin pedestales falsos y
sin oscuras sombras,
sin absurdos yugos ni
desenfados.
Mujer en el tiempo
viviente,
que en tu pecho abrigas
el estallido de los
mágicos naceres.
Sin ti colapsa la
libélula,
sin ti es furtiva la
palabra
y los amaneceres son
adversos sin tu presencia.
Ofrendas al mundo el
néctar de tu ternura
y se hacen sutiles los
mares en el clamor
y la dicha de tu
fragancia
y de tu mirar que enlaza
con mi vida.
INTENTO DESCUBRIRME
Intento descubrirme.
No sé qué busco.
Si soy o no soy,
si existo o no existo,
si voy o me quedo,
si puedo o no puedo.
II
De repente, hago un alto
y silente, me contemplo a
mí misma;
poco a poco me descubro.
III
Estoy cautiva tras las
redes de un embrión milenario,
que paso a paso, se nutre
de mis manantiales,
que como néctares, se
expanden a través de la mar.
IV
Lo sagrado atrapa mi
esencia, desde inmensas profundidades
que ahondan mi propio ser
y no acabo de entender,
por qué me atrapan los pájaros del ayer.
V
Atrapada en mí misma, me
ato al sabio cordón
que envuelve al soplo de
vida,
que hace eco en las
montañas del olvido.
VI
Y desciendo como una ave
herida
y me acompañan peces
voladores,
que transforman el aire
en soplos divinos.
VII
Me sumerjo en el mar
presentido, que lo cambia todo
y a ciegas diviso mi
propio encuentro.
La mesa estrenada con
merluzas a la crema
y dos copas de vino
tinto,
nuestras siluetas
tendidas frente a un espejo afrodisíaco,
nuestras pieles,
como fuentes energéticas y sagradas
y la libido entretejida
en un manto de luna al acecho.
Hay una ardua batalla por
librar,
hay gemidos en el
horizonte.
Estremecidos nuestros
cuerpos,
ante manjares y vinos,
ante luces celestiales,
ante la vida y la muerte,
yacemos como uno.
Tu piel hecha de mar y de
barro.
Silvestre como tierra
baldía.
Elástica en mis manos,
torbellino olvidado
en las iniciales de mi
lengua,
barómetro que emula mis
lluvias.
Inquietud necesaria.
Toda extendida
en las llanuras de tu
cuerpo.
Tu piel,
almohada,
esencia,
remanso de mis días.
PREÑADA DE VERSOS
Preñada de versos
despierta la aurora.
Vestida de copiosos
colores,
arropa a mi alma desnuda.
Preñada de versos
despierta la tierra con
su trinar
que anida pasos
olvidados.
Su preñez invita a tus
ojos
llenarme de lejanas
caricias
que irremediable te ata a
mi ombligo.
Las olas que a lo lejos
se entrecruzan
vencidas por el hastío,
abren un espacio en el
que me apeteces.
Las olas que despiertan
entre las conchas del
olvido,
me brindan un aliento de
luz
y me reconozco
ingenuamente poseída.
Veo en su ondular
diminutos cocodrilos
surcar la arena,
y en esos recuerdos
apareces tú.
La vida esconde sin
querer nuestras memorias,
y me refugio en la
brevedad de tus pasos.
La vida apenas nos quita
y nos da
y por nuestros rostros
pasa un desfile de
añoranzas,
que se aproximan y
desaparecen.
En nuestros bolsillos,
depositamos puñados de
ayeres olvidados
y nuestra historia de
besos,
mistifica la pasión que
llevo dentro.
Cómo esconderme de ti,
si vives debajo de mi
lengua.
Ríos de pasiones
desbordan manantiales del
deseo.
Me voy sumergiendo
en el delirio de esas
palabras
que se desplazan
sobre mis ávidas
llanuras.
Remolinos de letras me
atrapan:
en la ebriedad de tu
rostro,
en la hipnótica de tu
mirar.
Y tu silencio sobre mi
pecho
abre un espacio que evoca
las olas
de un extraño quejido,
que flota sobre la mar.
ALEGRIAS Y CANTOS
Di la bienvenida a una
nueva vida
y florecieron nuevos
pasos,
en el momento fecundo
que arribó el amor.
Hubo en un tiempo,
un espacio para las
tristezas
y para los lisonjeros
encierros,
saturados de absurda
belleza.
Hubo alegrías y cantos,
celosamente guardados
en cajas de pandoras.
Y ahora,
te muestro mi mayor encanto
que he guardado como
alucinante mujer de fuego,
que en el discurrir de
estos días
enloquece furtivamente
por ti.
MI EROTICA VERGUENZA
Ha vuelto cabizbaja y
extendida en mi cortejo,
como dueña de un mundo
que enternece.
Imbuida en lo taciturno
de las horas,
me abrazo en la fecunda
rompiente.
Arrepentida en el hechizo
de mi alegría,
descubro solícita y
desaliñada a mi vergüenza.
Ella aflora como un sutil
idilio,
para acunarme en sus
corpulentos brazos
y siento su hechizo
copular, con varonil instinto.
Mi erótica vergüenza
cala lo más íntimo de mi
cuerpo
y siento su corporalidad,
como una envolvente magia.
Su masculina esencia aflora
en mi furia,
como un llanto poseído,
que sorbo a sorbo
entrelaza mi piel.
A duras pruebas, aprendo
a sentir su presencia,
que se incorpora, como amor
y dolor en mi vieja añoranza,
que me recuerda la cárcel
del olvido.
TEJIENDO CASCABELES
Tejiendo cascabeles en
las alas del viento,
me nombro en el
equinoccio lunar.
Intensa y pasiva intento
llenar de trenzas
las pestañas de los
arboles iracundos
y en mi reino los amanso,
los vuelvo humanos
y fraternizo con ellos,
como una Afrodita
vulnerada,
en el incipiente amor que nos nombra.
Tejiendo cascabeles me
embriago de ellos,
en estas noches de luna
llena.
CABALGAS SOBRE LOS HILOS
DE MI PIEL
Lacónico cabalgas sobre
los hilos de mi piel,
galopas sin frenos hacia
agonías,
hacia el borde filoso de
los tranvías
y de los caminos
vulnerados por mi tiempo.
Sumerges tus recuerdos en
mis mundos olvidados,
pero tu alpiste es un
manjar de dioses petrificados
en las luces de mis
deseos.
Tu voz me conmina a un
destino iluso,
de oscuros pasos
e intangibles deseos
marchitados en mí.
Tus horizontes trepados
entre mis montes iracundos,
me vulneran.
Y Yo estoy a merced de tu
conciencia apasionada.
Soy tu amante entre sueños,
entre colores lejanos y
tenues
y tu amor se interioriza
en mis deseos.
SUELTA
Suelta los ruedos de mis
pestañas
y deja que mi rio solitario
navegue y dance,
al compás
de nuestros cuerpos
ardientes..
DESPIERTA
Despierta y lentamente me
cubro con el alba,
me lleno de emociones
insospechadas
y vislumbro la visita de
un beso tuyo en mi alcoba.
No puedo describir este
instante,
que me atrapa como un
fuego viviente.
Las sábanas blancas
testifican el tacto de tu
piel
acuartelada entre mis
manos.
Y tu boca,
desparramada en la pasión que nos envuelve
y nos destruye a la vez.
El refugio que
inventamos,
se impregna en mi piel
y se adueña del placer
que habita
en nuestro sueño de amor.
QUIEN PUDO HABER DICHO
Quién pudo haber dicho
que nuestras vidas
estarían distantes.
Y que nuestros pasos
largamente olvidados
propondrían una
certidumbre de erotismos.
Quién pudo haber dicho
que a pesar del tiempo
transcurrido
la extrañeza haría
empatía
con el amor desparramado.
Que el temor a perderte sería
una utopía,
que el miedo a olvidarte,
navegaría en el absurdo
y que nuestras bocas sin
nuestros besos,
serían la magia del
desamor.
Quién pudo haber dicho
que las mañanas,
sin el calor de tu
cuerpo, son un puro mito.
Y que sin ti,
mi historia y mi alegría,
se acostumbrarían a ese
largo amanecer.
ENTRE LIENZOS
Asida a tu cintura
sedosa,
escondo
mi sonrisa capturada
en tu erótica mirada.
El otoño,
me trae lienzos finos
y el cántaro que trae tus
aguas,
me desborda y estremece.
MI ALMA RECOBRA SU
ALIENTO
La varonil silueta que
pasea su lumbrera
por mi jardín de sueños,
deja besos olvidados en
oscuros baúles
y danza mi alma.
Mi alma danzaba en el
efluvio mágico
de sus labios
tempestuosos.
Mi alma vuela, alocada y
excitada
en el paladar del tiempo,
en el estremecedor
gemido,
en el susurro
cosquilleante.
Y navega en mares
revueltos,
y naufrago y pierdo el
aliento.
Pero en las alturas
indescriptibles de mi pecho,
en esencias,
mi alma recobra su
aliento
y nuevamente me deslumbra
tu varonil silueta.
SUEÑO
Sueño a veces con el
líbido de tus labios
y con el recorrido que
seduce
la textura ardiente de
estos poros.
Sueño con eso que me
estremece
y que evoca el recorrido
de unos besos
trasmutados.
El murmullo de unos
gemidos tiernos
evocan tu nombre y el mío
entrelazados.
Es perfecto este recuerdo
erótico,
son perfectas las
amuralladas luces,
brotadas de manantiales
sagrados.
La memoria de tus manos dibujando
mi cuerpo,
lo ansioso de este latido
entre mis sienes.
Así nace el éxtasis en el
sueño,
con ese mágico esplendor
que irrumpe en pudor,
mientras evoco lo soñado.
ENTRE TUS BRAZOS ME ACUNO
Entre tus brazos me acuno
y me desborda la fuerza
que habita en tu lengua.
Me escondo en lo tibio de
tu pecho,
que oculta humildes
emociones
y me dejo robar por tu
aliento
que guarda dulces
melodías
dormidas en un rincón de
mi alma.
Entre tus brazos me acuno
y tu risa me sostiene.
Y tus cinco sentidos se
expanden
sobre mis labios resecos
y brota un bálsamo entre
mis poros de bronce.
Entre tus brazos me
acuno,
tu melena alocada produce
un eco delirante
que se esconde entre tu
nombre y el mío.
Entre tus abrazos me acuno,
y mis noches de otoño
suspiran sedientas,
en un horizonte de voces,
que inventa tu cuerpo
y mi carne abierta.
ILAPSO
Ilapso imberbe mi temor,
me pierdo en el suspenso
de mi respiración.
Vuelo hacia el lejano
túnel
que penetra a mis
ansiedades.
Desciendo inefable
a tu perfil bostezante.
Busco verdades
impredecibles
en mis remembranzas.
Te atrapo en las conchas
que inventan perlas,
corales,
tras el brillo refractado
por tus hermosos ojos.
Navego en tus pupilas
y escucho tu voz
y confino tus besos a lo
prohibido.
Me recuesto sobre el
borde de tu iris,
perdida bajo el calor de
intensas sábanas,
despeinando el canto de
tus pestañas!.
EL ECO
El eco de tu espalda
proyecta una tibieza
que habita en los
balcones de mi alma.
TE PERSIGO
Te persigo inocente y
dormida
en mis lunas.
Acompasada en las algas,
en los musgos y hongos
vecinos.
Te ausentas silvestre y
risueño,
entre febriles ansias.
Te persigo con mis manos
abiertas
sin trabas ni amarras,
amasando el camino
desde la otrora canción
del silencio.
EL punto y aparte sella en
rojo chino
la infinita osadía de tus
labios,
las nubes sustantivas que
merodean tu penumbra,
adjetivan mi mirada y
emana un cielo
sobre un reloj bañado de
adverbios.
Me cuestiono
y algunas comas pasadas
de alegría
mastican estos signos
y al final me quedo en
altamar,
viendo al verbo
desfallecer
ante mi carne.
TRAS UN BESO INSATISFECHO
Tras un beso insatisfecho
se pierde una flor
primaveral,
la ausencia marchita
la lozanía de unos
jóvenes labios
el brillo oculto de una
noche
dormida en lontananza.
Tras un beso insatisfecho
me he sumergido
en el inconsciente
infausto
de un maravilloso cuento
escondido debajo
de mi almohada.
EL HURGA MIS SENTIDOS
El hurga mis sentidos
recónditos
y mi alma colapsa a cada
instante.
Soy cómplice de sus
designios
y me pierdo en sus
auroras boreales.
Me embriago de su intenso
trino,
que acaricia nostálgica
mi alma.
La silvestre mudez entre
sus labios
hace surcos primaverales
en lo más íntimo de mi
piel.
LAS NUBES DE TU LENGUA
El olvido duerme entre
tus tiernos ojos.
Tus labios
recogen la espuma sagrada
de los árboles del
bosque.
Acampa tu secreto
dibujado
en la sombra de tu ayer
trasnochado.
La nube que trae tu
lengua,
moja mi atardecer.
De nuevo se resiente mi
epidermis
y el enojo consigue mudar
las sutilezas de mi piel.
No sé qué puedo ser,
si mitad fémina o mitad reptil.
Lo único que puedo
interpretar,
es que soy una inofensiva
presa.
MORIR SIN PRISA
Morir sin prisa,
con el aliento sutil
de una cálida sonrisa.
Tras el eco que purga la
brisa
me sujeto
a la cornisa de tus
brazos.
Morir entre un suspiro y
otro
y olvidarme de la prisa,
que nos abandona.
AMO LA TIERRA SERENA
Amo la tierra serena
cuyos primeros frutos
se derraman en tu cuerpo
humedecido,
que se siembra en lo más
profundo de mi ser.
Así lo gritan mis venas,
en el arcoiris que cuelga
en tu ojo izquierdo
y susurra latente en mi
pecho,
olvidado en la luna
llena.
ME AFERRO A UN VERANO
Me aferro a un ardiente
verano,
derretida entre sales
tras tus pasos.
Veneno asfixiante oculto
en mis poros,
mortífera pasión ceñida
al ocaso.
Me aferro y me atrapa
en la insomne oscuridad,
vestida de fulgurante
certidumbre.
Y mis venas enervadas
aspiran la noche,
que se petrifica en mi
alma.
SUEÑOS DE MAR
En tu semblante sereno
se fragua una emotividad
y en la calidez de tus
labios.
Imploras un intocable
anhelo
que desata suspiros,
tras la candidez inocua
de tus sueños de mar.
BESO CON FUEGO
Beso con fuego tus labios
salvaje inocencia
que delata una ventana
abierta
hacia el norte de tus
ojos.
PARTE II
TRAS LA VENTANA DE MI
ALMA
Tras la ventana de mi
alma,
te busco silente.
El eco que trae el viento
susurra tu nombre.
Sufre el prado tu tórrida
ausencia.
La mar aclama tu dócil
mirada,
la tierra espera tu
abrazo en mi pecho.
Mi entorno no busca
borrar tu memoria.
Paciente, me inclino
hacia la brisa
y veo llegar tu divina
presencia.
Tras la ventana de mi
alma,
te busco silente.
Me brota un suspiro
y aspiro tu aliento.
Muerdo la cuna que abriga
tus pasos.
Y desde mi lecho, ansiosa
recorro
tu grata verdad.
PRENDIDA EN LO INTANGIBLE
Mi alma pende de la suya
como penden las aguas
ataviadas en lúcidas
cascadas.
Su hechizo vulnera los
bostezos de mi pecho abierto,
su abrazo despunta el
alba.
Su mirada se viste de
incesantes gritos
y mi delirio
se enaltece en una
estrella lejana que parpadea,
en esos ojos que me
invaden
y anuncian el fin de mi
soledad.
Mis manos penden de esas
fuertes cascadas
y en sus espumas
un candelabro deslumbra
los laureles
de mi memoria saltarina.
Prendida en lo intangible
de esas aguas,
mi alma busca sus
orígenes,
con pasión y sin olvido.
LA CASA DEL OLVIDO
Acuno mis remembranzas
desde la esquina angosta
de mis recuerdos.
Las grietas que duermen
en el tiempo
limpian mi pasado.
La casa del olvido
ronda las horas que
despuntan mis ojos,
la mirada agreste de un
ayer tortuoso,
la sonrisa amarga de un
hoy ensimismado
teje las ilusiones de mis
cuadernos
y la casa del olvido
abre las puertas de mi
alma.
AYERES
Su propiedad, aquel
oscuro aposento,
aquellas manos trémulas,
como un tosco forajido, que
fantasea en el silencio.
Tu tersa piel, es un
esfuerzo,
que pasea por surcos purgados
en el efluvio intangible
de mi propia sombra.
Infecunda, envenenada de
ayeres oscos,
desprovista de esencias
mágicas,
su mirada se enfrenta a
la mía
y nos volvemos un cuento
fantasmal.
Su errante y mustio
abismo,
entretejido en mi lágrima
milenaria,
su crudo instinto destila
laberintos.
Su cabeza, cobijada de
engaños,
fortalecidos por sutiles
silencios, de su nostalgia agridulce,
de su madriguera fraguada
en los ayeres de mi calma matinal,
que me absorben en
suspiros y en poesía sublime del ayer.
SE AGLUTINAN VOCALES
Se aglutinan las vocales
en mi lengua,
atrapo consonantes
de mis trémulos puños.
Ignoro de qué lugar
descienden estas voces
y mi soledad,
me abraza paso a paso,
cuando invento parir
estos versos.
SIGUES LA SENDA DE MIS
PASOS
Sigues lentamente la
senda
que transitan mis pasos.
El invierno duerme sobre
el cielo azul
y el canto de los grillos
eleva la aurora.
Sigues aquella senda
como transeúnte,
como juez exigente,
como idealista.
Y te encuentro,
caminando ausente
dentro de mis versos.
MIS POSEIDAS PALABRAS
Se han poseído mis
palabras en la lejanía.
Y muy intranquilas,
juguetonas, se deslizan.
Cosquilleantes y risueñas
se esconden,
tras mi lengua de
enfermiza vidente.
El agua azulada en pos de
mis ojos,
llega al verbo
irreverente.
Mis dedos esperanzados atrapan
el cristal transparente que
abre la luz,
y parpadeante voy tras de
mí misma,
buscando las añoradas
notas
que en la lejanía me han
nombrado.
Las armas sobre la mesa
encienden un debate,
entre las sinalefas y las
consonantes
y yo, sólo escucho el
discurrir
de un diptongo que late
en mi pecho.
De repente un solfeo de
letras vagas
inunda el trayecto de mis
escrituras
y despierto en la
madrugada silente,
nuevamente preñada.
BAJO TU INFLUENCIA
Poco importa que culmine
esta historia,
los años vividos los dio
la experiencia.
Hemos leído las mismas
palabras muchas veces.
Igual, hemos gastado
alientos y abrazos urdidos.
Nos hemos marchado
y hemos vuelto hasta la
saciedad.
Hemos llenado y gastado
los surcos de nuestros
rostros, están intactos.
Nuestros ojos,
estridentes en las calles deshabitadas.
Nuestras bocas,
calladas y entumecidas en
las aceras.
Nuestra historia encierra
en el fondo
una memoria de
cataclismos.
Nuestra amistad, supera a la derrota.
Lo que perdemos de
nuestras vidas
es el fulgurante brillo
de nuestras miradas.
Las instrucciones y las
bienaventuranzas
pertenecen a un tierno
pasado, que ya no vuelve.
Las lecciones aprendidas:
son fuentes de riqueza
espiritual, más que corporal.
El pasado, egoísta,
se ha añejado en el existencialismo
volátil
de nuestro existir.
Hoy,
la libertad nos marca
y hace suya
esta historia
sin final...
CONTEMPLACION
Me miro en mi ojo
izquierdo
detenida!.
La nada
allí colgando de la vida.
Caleidoscopio espejo,
ante el disfraz de mí
misma.
La mirada fija en mi ojo
derecho,
otra vez resplandece.
DUERME TU LENGUA
Deja que el viento
sople mi despertar,
tras los pasos fértiles
de la tierra,
que transita enojos.
Duerme tu lengua,
la cual me hace enojar.
ENTRE LAS NUBES
Frente a la cimbreante
luna,
se elevan mis recuerdos
y vuelo rítmicamente,
hacia las inquietantes nubes que aletean
sobre los nidos que
empollan sus sueños,
en mi barca de papel..
NAVEGANDO EN MI NIÑEZ
Navegando en mi niñez,
con mis ojos de
inocencia,
ilusiones irredentas
de inusitados matices
llegan hasta mis pies,
veo mis rizos
bambolear sobre mis
mejillas.
Y así,
la tierra de mis sueños,
genera un latido
y sigo navegando
hacia el recuerdo mayor.
SOY
Soy
como cualquier ser
que gravita en el
espacio,
inquieta chiquilla
entre soles maduros,
a veces, rumiante
y empedernida como
ninguna otra.
Frente al norte,
atesoro una palabra,
que pende en cada uno
de mis atardeceres
lluviosos.
SOY LA BUSQUEDA
Soy la búsqueda de mí
misma,
eclosión,
magma,
visión de una noche
cósmica.
Mujer
enredada en los círculos arbóreos,
sismo en las fuentes del
deseo.
Así soy!.
BUSCANDOME
Sin darme cuenta
me escondo en tu mirada.
El reflejo de un sol
moribundo
hipnotiza los archivos
ocultos de mi alma.
Doy paso a un confortable
despertar
y buscándome a mí misma,
te abrazo.
A MI MADRE:
DOMINGA REGINA ZORRILLA
POLANCO
EN SU JARDIN SILENTE
(en su vuelo eterno)
Poema
I
Regina, en su jardín
silente, su mirada escarlata
y su cuerpo primaveral
atrapado entre luces y sombras.
Su sonrisa de cielo en su
prístino universo
y su caminar fluido entre
las ilusiones.
II
Sus dedos bordados en
sueños de mariposas,
tejiendo ella un árbol
frondoso
y entre arcoíris
aguardando
en un regazo de
girasoles.
III
Su silueta de roble a
quien la primavera engañara
en aquel temible otoño,
despojándola de sus hojas
de lino,
desprendiéndola de sus
sedosos retoños,
los que vestía
orgullosamente.
IV
Sus sueños azules de prominente reina,
jugosa fruta de un solo
dueño.
Amiga portátil en mi
bolsillo,
a quien una madrugada
absurda,
se antojara colocar un
vil pestillo.
V
Maestra del verbo e hija
intachable.
Dama de luz
incuestionable,
portadora de sanas cunas,
honestidad comprobada
como ninguna.
Quien tejiera el presente
tras sus palabras de
bronce;
de manos irrompibles,
premiada con siete
vástagos
y su imponente séquito
casero.
VI
Cautiverio de mis
estaciones,
regazo de mis noches
verdes,
mi guía entre angostas
calles,
templo de mis insomnios,
esperanza de mis
octubres,
argumento en mis días
febriles,
tronco de mis cuadernos,
mi majestuosa mentora,
calma de mis lamentos,
medicina cuando enfermo.
VII
Su espejo ambiguo
sometido a lo moderno,
y su guerrear de francas
fortunas
conquistando el abrigo
para cada uno de los
hilos atados a su vientre.
Desbordada sobre la mar
valiente del tesoro
y anclada en seguros
puertos carentes de dolor
y de deseos.
VIII
Atada al tiempo
inverosímil de sus cabellos castaños,
ceñida al surco de lana blanca,
sin mover la flor que
vestían sus labios,
luciendo serena,
como el agua mansa de un
infeliz invierno,
toda seca y ausente,
callada y dulce,
desde la fragilidad de su
aliento a mi alma.
IX
Espumosas nubes bañaban
su corazón hasta los pies,
mientras, mi cordón
umbilical aferraba al suyo.
Ella, sentada sobre el
reloj del olvido,
en ese septiembre de
plenilunio,
asida al muro de lo
efímero
partía con aquel liviano
equipaje
y trepada a las firmes
alas del viento
me dejó en el alma un
suspiro y un largo sentimiento.
Derechos Reservados: MAXIMA HERNANDEZ.
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