viernes, 13 de septiembre de 2013

Siento Celos


 
 
 
 
 
Siento celos de aquella
quien con cadena de estrella
cual ladina e indolente
te orillara a causarme tan vil herida en el pecho
tras arrancarte con crueldad de mi lecho
Ay!. Siento celos de aquella
Quien vestida de oscuros encantos
entre relucientes mantos
enloqueciera tus sentidos
dejando en cautiverio un jardín florido
lleno de ávidos secretos
y mieles adormecidos.
 Desde luego, siento celos de aquella
cual fingida doncella
sombra inoportuna
fugitiva en acecho
traidora como ninguna
quien pisoteara tus pasos sin ningún derecho
Siento celos de aquella
tormentosa muralla
que duerme tu armario
e irrumpe tu ideario,
que me llena de furia
oh!, me asfixia esta murria
 
Siento celos de aquella
despiadada vividora
insurgente y embriagadora
quien te abraza con tal descaro
y como oveja perfumada
te produjera tal paro
Y, sin preguntas ni respuestas
por fin te ganó la apuesta
nobel e ingenuo te aprestas
sin permisos concedidos
 
Y ella
Inconsulta te ha convocado
 feliz te acuna cargado
a dormir un sueño eterno
asida silente a tu lado

Siento celos de aquella
amiga de nadie, inconsciente y siniestra
de caminar calmado
quien cegara tus sueños
grandes y pequeños
Y al cerrar tus pupilas sin enojos
con solo guiñarte sus ojos
se lleva nuestras ilusiones
detrás de aquel frío abrigo
 
Si, y que? Siento celos de aquella
mujer falaz de la oscuridad
quien recostara tus hombros
confiada entre sus latidos
cual recaudadora
 de favores desinhibidos
A quien importa,
 si siento o no celos de aquella
quien me obligara a enloquecer de tanto penar
quien tanto amor jurado me hiciera tragar
Destrozando nuestro refugio
marchitando elevados efluvios
al esconder tu fósil desahuciado
y recostarte a un lugar mucre, poco ansiado
condenándome a vagar entre vacíos diluvios
 
Siento celos de aquella
quien se creyera tu dueña
por bailar a tu lado cual perdida sobre una peña
tras poseerte vehemente
de manera sagaz, sutilmente
y marchitara tus luces
al librarte de otras cruces
Y Tu, cual ingenuo e inocente
cual orate e idiotizado
otro Adán frente a su Eva
sucumbes a su llamado
tras parpadeos golosos,
delatantes, peligrosos
y te rindes a su lado
Si, siento celos de aquella
oh muerte!
cruel diosa del olvido!
Ruin, amiga de la nada,
invernal
tosca, mal amada
 
Ahí sale tu caravana 
te mudas con ella
con su rostro de fango
ojos de piraña
de infeliz silueta
atrevida, coqueta
quien ante ti se posara
y en silencio se llevara
tus suspiros consigo
escondiendo tu mañana
 
 Y mientras,
 una daga clava mi alma,
sin embargo
te dejo partir
 ya puedes rendirte orondo a sus anchas
que con las linternas del Universo
alguna vez logres leer estos versos
y con respeto te dejo
el ultimo de mis besos
con el dolor que ha nacido
desgarrando mi corazón
 
Buen viaje!
 Ve con Dios!
elévate ya!
... amor mío!
©Copyright: Máxima Hernández .
 
 

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