miércoles, 4 de septiembre de 2013

Amor Sepultado


Se ha escondido tras la sombra de aquel árbol caído,
le vi cruzar con su orgullo vencido,
no caben dudas, soy testigo,
huye de si mismo,
vive escondido
esta desolado,
languidece entre penumbras,
desnudo,

desganado,
vacío subyace en el silencio mas vil
jamás visto,
acongojado por su vida lisonjera,
reviviendo sus quimeras,
sin primaveras ciertas,
palideciendo por el dolor
en el peor de los hacinamientos,
triste,

cabizbajo,
marchito y moribundo,
anduvo como loco y sin rumbo,
sin deseos de vivir,
porque el hastío lo ha sepultado,
sin amigos,
ni espacio donde albergar abrigo,
sin una musa que le inspire nada,
si!,
languidece así
sin alma,
así sin vida,
la vivió desperdiciada,
destrozado por ondas penas,
lleno de lúgubres inquietudes,
ni las olas del mar le hacen caso,
ni la noche estrellada le alumbra,
y mucho menos,
no puede ser acariciado
por la luz del fosforescente sol,
aquel
que una vez quemara su piel,
y que en algún momento
había convertido su vida en pura miel
nadie le escucha,
su voz luce ronca,
quebrada
ya es tarde para detectar la cura
de ese mal que hoy lo destruye,
no suenan ecos de su infeliz pasado,
nadie ronronea,
nadie ha murmurado
ni su ausencia han notado
ya no le busques,
de nada vale que lo hagas,
quedó tras sábanas desgarradas y asustadas,
ensordeció,
sus mudas mentiras le fallaron,
ya no existen manos sinceras que lo puedan levantar,
porque a todos pago mal,
de todos se burló,
a todos ensimismó,
tal vez haciendo historias baratas,
fábulas de quinta,

 ensayos despasados,
parodias inicuas

y burdos cuentos,
o quizás!
con la familia de los poemas, sonetos,
odas, prosas
y por que no?
también con versos
ya no se ve ni tras las ramas del tiempo,
anda volando entre hojas secas
ya no se vislumbra por las calles caminando,
mucho menos se le escucha en su entorno
silbando al viento,
su reloj se estacionó en el ocaso,
de una existencia que ya no existe,
ha quedado preso en ese pesado pasado,
renegado
sin esperanzas de un mejor amanecer:
el tonto amor que tanto entregó
y dando amó
y que un día cualquiera
con el tiempo partió,
para nunca más volver,
porque ese amor
en un mugre sarcófago
para siempre sepultado quedó!
 


© Copyright: Máxima Hernández

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