lunes, 17 de octubre de 2016

CEÑIDA A TU SILENCIO

Ceñida a la palma de tu silencio
oigo: el rugir de tus pensamientos
de tu lengua morir en mis cimientos
de tu boca llorar como sentencio.

A carcajadas tomo y diligencio
ahogar los ecos de tus sentimientos
fundidos sobre los alocamientos
de las páginas rotas que presencio.

Aborigen seduzco tus reservas
despertando la fogosa mirada
que oronda dormitaba desacuerdos.

Ya basta!.
Con tanto furor me enervas.
Desde mi ojo derecho desfilan hoy
amorosas cuitas, crudos recuerdos.
Máxima Hernandez

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